Uno de los argumentos que más influyen en nuestra manera de ver las cosas, las personas y la misma vida son los pensamientos con que nos nutrimos. Basta que una madre te haya repetido desde la tierna infancia que todos los hombres son unos inútiles y que sólo buscan una cosa, para que a base de repeticiones mentales se conviertan en creencias sin base en la experiencia.
Una creencia es un esquema mental con el que nos movemos por la vida: influyen en nuestros mapas mentales por donde se dirigen nuestros sentimientos, nuestros pensamientos y finalmente nuestros actuares. Estoy atendiendo a un cliente que -con su permiso-, me ha dicho que llevaba meses convencida de que estaba triste y se sentía melancólic@ hasta que acabó embadurnad@ en el pozo oscuro y solitario de la depresión.
Uno de los ejercicios iniciales que hicimos es que escribiera en papel cuáles eran sus pensamientos anteriores y actuales a su depresión y ¡bingo!: todos eran negativos, pesimistas, ninguno positivo que le ayudara a escapar de ese torbellino que empezó como una ventolera y acabó en un huracán.
Ahora y gracias a la terapia del Asesoramiento Filosófico hemos cambiado la información de su GPS, de su mapa mental, de sus creencias y os puedo decir que lleva un excelente recorrido. Por ello, queridos 5 o ya 6 lectores del Blog: os invito a que analices cuáles son los pensamientos que son la referencia de tu vida, pues son ellos los que te llevan a ser como eres, a existir como existes y ser feliz o infeliz como a día de hoy vives. Hasta la próxima entrada.
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