En el asesoramiento personal el consultor y el filósofo inician un proceso de ayuda mediante el diálogo de naturaleza filosófica en el que el consultante clarifique sus ideas, estableciendo por sí mismo un orden y un camino para resolver sus retos, dilemas, objetivos o dudas.
Para entender mejor de qué modo el Asesoramiento Filosófico puede ayudarte, pongamos algunos ejemplos prácticos:
- Conflictos sociales: identificación y búsqueda de problemas relacionados con las personas del entorno y las relaciones sociales.
- Problemas personales: sentimientos de baja autoestima, dudas existenciales, inseguridad, debilidad de voluntad…
- Clarificar y ordenar la jerarquía de valores personal: ¿qué es más relevante mis relaciones familiares o profesionales? ¿cómo puedo decidir entre tiempo de ocio personal y tiempo con mi familia?
- Aceptación e integración de experiencias perturbadoras: enamoramientos, rupturas, relaciones tóxicas, estados alterados de conciencia…
- Decisiones vitales importantes: sobre la pareja, camino profesional, la educación de los hijos…
- Dilemas éticos: Sentimientos de venganza, culpabilidad, confusión al dar prioridad a sentimientos o pensamientos…
- Sentido de la vida: dudas filosóficas clásicas, bloqueo frente a la perdida de un ser querido, imposibilidad de asumir la muerte propia, dificultad para convivir con ciertas emociones como la ira y la envidia, etc.
- Alteración por injusticia social: cuando esta injusticia afecta tu día a día, sentimiento de responsabilidad hacia ella o a sus efectos.
El asesor filosófico aplica su conocimiento para conducir la conversación a nuevos puntos de vista, utilizando la filosofía como vehículo para localizar y establecer nuevas perspectivas, que partiendo de la propia experiencia del consultante le ofrezcan caminos e ideas para la resolución o aceptación de sus problemas.
Las creencias del consultante se verán revisadas de forma crítica para generar un efecto transformador que pueda aplicar a su modo de vida, sus decisiones y a su estado interior y percepción de su entorno.
Es importante destacar, y así lo reflejan los ejemplos comentados, que el Asesoramiento Filosófico no es un tratamiento de trastornos psicológicos o psiquiátricos de ningún tipo. Estos trastornos están tipificados en manuales de psiquiatría y psicoterapia y requieren de especialistas de su ramo. No obstante la filosofía y la reflexión entorno a ella puede ayudar en algunos casos, y los asesores filosóficos estamos abiertos a cooperar con los profesionales de ayuda psicológica o psiquiátrica.
Fuente: Elaboración propia // César A. Castillo / confilosofia.es © 2020