Aprender a mirar…

Aprender a….
Mirar… Es algo parecido a la escucha. No miramos… sólo vemos pasar las personas, los acontecimientos. Ver es, una atención fugaz, desantenta, distraída. Mirar es deternerse a descubrir las cualidades del otro; el sinfín de matices de colores, de textura, de dimensiones que posee la persona con la que convivimos todos los días…

Mirar es entrar a la profundidad de las palabras, de los sentimientos, de los hechos. Es una cualidad que sólo poseen y cultivan unos pocos que son capaces de sobrevolar el ‘stress’ compulsivo al que nos empuja el estilo de vida que hemos optado.

Platón en «su República concede una misión expecial a lo que él denomina philotheamónes – amigos del mirar. Son los especulativos, y al frente de ellos los filósofos, los teorizadores –, que quiere decir los contemplativos«.
José Ortega y Gasset: Obras Competas, t. II, p. 16-17.

Creo que ese debes ser tú. El contemplativo, el amigo descubridor de lo que vale la vida y lo que vale la pena de ella. Un ejercicio para terminar: ¿has visto (corriendo) o has ‘mirado’ (pensando) este artículo? Ahí te descubres: eres superficial o profundo, insensible o sensible, práctico o contemplativo. Elige tú lo mejor. ¡Hasta la próxima!

2 comentarios en “Aprender a mirar…”

  1. Tienes razón, amigo Choco: he leído de un nuevo movimiento que aboga por lo lento: se llaman Slow y quieren recuperar el sentido de disfrutar de la vida lenta al comer, al leer, al trabajar, al descansar…

  2. Lo que comentas es tan cierto… La rutina nos hace perder la esencia de las pequeñas y en ocasiones las grandes cosas. Detenerse un poquito antes de pasar a otra cuestión es vital. Si no miramos, si no escuchamos, entonces no vivimos.

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