El que escribe esto, es un mal consejero del descanso. No sigáis leyendo. No debería escribir esto si no lo cumplo ni lo vivo. Estoy trabajando desde hace 11 meses y no he descansado más de dos días seguidos ni en Navidad o Semana Santa, excepto el fin de semana del Santo de mi mujer, que por cierto aproveché para hablar de trabajo con unos apreciados amigos. Los fines de semana incluidos. Si duermo bien, me levanto a las 4.00 de la madrugada y trabajo hasta las 12.00 del mediodía. Después voy por mi hija al colegio, le doy de comer y trabajo hasta las 15.00 hrs. Como viendo las noticias, hago una buena siesta y a las 17.00 ya estoy otra vez en el Ordenador trabajando. Cuando llega mi mujer, dejo todo y me dedico a disfrutar de Ellas. Tengo el defecto de no saber decir no a mis amigos cuando me piden ayuda y eso me trae más de algún problema de agenda. Al final del día, elegimos ver una buena película que nos prepara para el descanso.
Sólo os sugiero que toméis vuestros tiempos de descanso físicos, mentales, de costumbres. Que salgáis de las rutinas, que olvidéis la crisis y el rescate, la bolsa y aunque seamos pobres y no podamos ir de vacaciones, sepamos disfrutar de lo que tenemos a nuestro alrededor para convencernos que es lo que necesitamos. Que castiguéis al rincón el ordenador e Internet unos días, el Facebook sin actualizar y el pájaro del Twittear. Que recuperéis el placer de tener un libro entre las manos, de zambulliros aunque sea en el agua de la bañera, y de comer un plato que sea largo y complicado de preparar. Disfrutar de las cosas pequeñas que no apreciamos durante el año. Veréis qué poco hace falta para descansar y ser feliz.
Que cambiemos de actitud, que seamos más positivos y que de esa manera podamos contagiar a los que están a nuestro alrededor de buenos sentimientos. Que compartamos lo poco que poseemos con los que tienen menos que nosotros. En resumen; os deseo un buen mes de desconexión veraniega. Por cierto. Yo estaré aquí. Confiado en que alguien nos salve…
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