Cuando escribo para el Blog, suelo tomarlo con tranquilidad, con inspiración, vamos, -con filosofía-… Pero tengo un par de días que me hierve la sangre ante la confesión de un afamado deportista, que reveló que se ha dopado para poder conseguir sus éxitos y récords deportivos. En otras palabras, su vida deportiva era una mentira. Como fan de sofá que soy de todo deporte, no he podido creerme su arrepentimiento. Entonces, como un disparo al pecho, me ha venido el caso de otros personajes públicos que en la política o religión nos han hecho tanto daño o nos han llevado a la ruina y no han pedido ni siquiera perdón por ello.
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No conozco caso público de político, de banquero, de cargo público que haya salido ante las cámaras diciendo: «he sido yo, lo siento, lo hice mal». Todos se excusan, todos se esconden, todos mienten. Además veo dos problemas añadidos: el primero es que nuestros líderes corruptos empiezan a ser mayoría. No son casos puntuales. Empiezan a germinar cuales «brotes verdes». Y segundo, y más preocupante todavía, es que no tenemos instituciones que los descubran o los castiguen. Todo lo contrario: ellos mismos han creado el sistema para que sus fechorías, -cuando se destapan-, sean cubiertas, eludidas, indultadas.
No me creo el arrepentimiento de este deportista. Sólo su confesión. Pero al menos ha tenido la valentía de reconocer que lo ha hecho mal. Y por eso, ya tengo un sentimiento encontrado: lo admiro porque lo ha reconocido, pero lo detesto porque no está arrepentido. Fin de hervor sanguíneo. Necesitaba desahogarme.
Buenas tardes.
Las personas se ilustran en la familia, en las escuelas, por la TV, por los medios de comunicación y en definitiva por todo aquello que "contamina".
Generalizando. ¿Que podemos esperar si el abandono en la educación, formación e ilustración; en lugar de mejorarlo permanentemente, se ha ido deteriorando cuando no, adoctrinando por los "reyezuelos" de turno o líderes de la "manada" durante mas de treinta años mal contados?… ¡¡Los "reyezuelos" de turno entre tanto, No llevaban a sus retoños a las escuelas aconsejadas para el resto de la "manada".
Por eso… ¿de que se va arrepentir un diseñador si el traje le salió a la medida de su capricho?; solo cuando el castigo es proporcional al delito cometido, el castigado reconocerá su error por el tiempo que, equivocado perdió. Lo de pedir perdón va aparejado con la honestidad, con la honradez, y tantos otros valores ya perdidos que solo con muy buena voluntad y mocho tiempo podrán ser recuperados.
Perdón por opinar done seguramente no debí.
Gracias Anónimo: no has de pedir perdón, por decir las verdades del barquero… aunque amarguen a quien se sienta aludido. Como decimos, el problema es que no hay castigos proporcionales, ni siquiera castigos a quien lo merece. Los castigos desproporcionados son para los que no pueden contra los sastres del poder que citas…
Un saludo y gracias por pasar por aquí