Los abuelitos: 1ª Advertencia Ética de La COVID-19

Advertir significa de acuerdo con la R.A.E. en su 3ª acepción: «Aconsejar, amonestar, enseñar, prevenir». También lo usamos como constatar o darse cuenta de algo.

Hace muchos años, leí una frase atribuída a M. Ghandi: “Una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”. No he tenido tiempo de confirmar su autoría, pero me parece acertada, como cariñoso dueño de una mascota canina.

Vaya por delante que he visto demasiados testimonios conmovedores de jóvenes y adultos, ayudando a los ancianos, fueran conocidos familiares o desconocidos vecinos. Sé, -tristemente en primera persona-, la muerte reciente por culpa del virus de uno de mis mejores amigos periodistas: el trato que le dieron fue cariñosamente humano y hasta exquisito por parte de los servicios sanitarios. Heroicos médicos y enfermeras en este trance ya largo y agobiante especialmente para ellos y el resto de todos los servidores públicos y/o privados. Es evidente que los Estados NO han prevenido ni están cuidando la salud, o bienestar de los Médicos en particular y del resto de los servicios asociados a nuestro cuidado en general.

Mi primera Advertencia en estos tiempos de La COVID-19 es esta:¿Y LA PRIORIDAD a nuestros abuelitos, a nuestras personas de la tercera edad, a los ancianos solos  y a las Residencias de Ancianos? ¿Por qué ha salido publicado en los medios y dicho en las radios y televisiones, que ciertos «comités éticos», optaban u optan por «salvar», reservando las UCI´s  a los que más posibilidades tenían de sobrevivir? ¿Es una criba eugenésica? ¿Es por productividad laboral y Tributaria? ¿Es por principio del  nuevo y actualizado Juramento Hipocrático? ¿A dónde ha llegado nuestra «civilización» occidental?

La nueva Declaración de Ginebra de la Asociación Médica Mundial de 2017, dice en su actualizado Juramento, (5ª Promesa Hipocrática): «NO PERMITIR que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mis pacientes». No encuentro conflicto con el resto de Promesas, por ejemplo la 7ª, referida a «EJERCER mi profesión con conciencia y dignidad,  conforme a la buena práctica médica».Mi cerebro de filósofo y de antiguo profesor universitario en el envejecido Continente europeo, estalló cuando en una tertulia radiofónica escuché: «Debe ser cultural que en otros países, den prioridad a salvar a sus mayores; aquí pensamos de otra manera»…

Los que nacieron durante o después de la Guerra Civil española y pasaron una Segunda Guerra Mundial; los que pasaron hambre y penurias y levantaron a España en tiempos de Dictadura y lo dieron todo para recuperar la economía en una incipiente Democracia para sus hijos y ahora cuidan de sus nietos…

¿NO SE MERECEN LOS MAYORES

SER LOS PRIMEROS Y MEJOR ATENDIDOS?

¿Y MORIR, -SI FUERA EL CASO-

CON LA MAYOR DIGNIDAD?

N.B:  Termino con este ejemplo: Cuando a mis alumnos de Derecho les ponía en clase «Dilemas Morales», muchos los resolvían con asombrosa facilidad y me decían:

-Yo sí haría x o y en tal dilema sin dudar: (por ejemplo defender a un violador de niños).

Pero cuando les preguntaba:

– ¿Y si fuera tu hijo; tu hermana?…

Entonces reconocían que se habían equivocado.

– ¿Lo harías con tu abuelo, con tu madre?
¿Le quitarías los cuidados intensivos a un mayor para adelantarte tú?

Ya tienes tu respuesta. Esa escala de valores son tu espejo de tu respeto y dignidad como ser humano.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *