Aprender de… tus emociones

Hola 4 fieles lectores: lo primero es avisaros que he cambiado el nombre de mi perfil. En ningún momento me he considerado un filósofo, sino sólo un aprendiz, un ensayista. El amable creador de la página (www.creatividadnula.com), me puso ese nick que no merezco. Y como doy mis primeros pinitos en el blog, he descubierto donde hacerlo y lo he cambiado. Todos en la vida somos aprendices de… y por ello ahora entramos a otro apasionante tema de la vida: las emociones.

Uno de los lectores recientemente ha comentado al Blog en algún momento referencia a los términos de Goleman, «la memoria emocional» o «la inteligencia emocional»… y es por ello que me atrevo con cierto temor a hablar de las emociones que acompañan al ser humano. No me refiero, según la RAE, «al interés expectante con que participa se cuando ocurre algo» sino, a la «alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática». Hay muchos tipos de emociones y quizás este artículo nos inspire a abrir un nuevo bloque de cada una de ellas: alegría, afecto, tristeza, miedo, cólera y otras como resentimiento, envidia, ansiedad, depresión…

Primero pienso que el ser humano lleva un kit natural y de nacimiento que le hace ser único en sus emociones: llorar ante una escena de cine o no; sentir compasión o no ante un pobre; tender a la alegría o a la melancolía…

Después creo la importancia que ha tenido nuestra educación en la infancia-adolescencia y en nuestra propia casa; y aquí me encuentro con la piedra con la que me topo siempre cuando os he hablado de otras facultades (memoria, imaginación…); yo entiendo que las emociones son educables y controlables aunque también hay un espectro importante de ellas que se nos escapan de las manos.

Finalmente opino que una persona en sus cabales debería, primero ser capaz de sentir todo tipo de emociones: las buenas y las menos buenas según las circunstancias en que le ponga la vida. En mis clases a alumnos de Derecho les pregunto si serían capaces de defender a un violador y me dicen que sí; pero cuando les pregunto si fuera el violador de su hija… me dicen que no. Hay emociones controlables e incontrolables, buenas o malas, oportunas y molestas… pero debemos cargar con ellas como parte del bagaje que nuestra personalidad tiene.

Después deberíamos ser capaces de expresarlas adecuadamente y de controlarlas y dirigirlas, siempre para el bien. Es evidente que aconsejaríamos a un asesino a sueldo de la película «El Padrino» que fuera compasivo y cambiara esa emoción de impiedad. Pero a una madre que se deja maltratar por su hijo, ¿no deberíamos recomendarle justo lo contrario? Leed los comentarios que hay muy buenos ejemplos que clarifican lo escrito. Hasta otra, queridos 4 lectores.

35 comentarios en “Aprender de… tus emociones”

  1. Hola Haidée

    Te has explicado, sin extenderte mucho.

    Entré en tu blog, tras pinchar en el nombre. En el enlace copiado se te coló una ‘e’ en blogspot, y no había forma de entra en ningún lugar.

    Son curiosos estos pequeños espacios de reflexión, sí. Tienen un funcionamiento que no termino de ‘leer’ en condiciones, pero parece que existen vínculos entre los diferentes espacios individuales de los participantes que he visto pasar por éste de César y se ha creado como una suerte de red de reflexiones cruzadas. Estoy más acostumbrado a los foros y me cuesta seguirle la pista a esas redes, pero todo será ponerse…

    Un saludo, Haidée.

  2. ¡Hoooola!¡Jo,cómo dificulta este pequeño espacio el leer y el escribir…!No puedo conectar con el hedonismo operativo,jajajaja…Me lo dificulta un objeto, jajajaja… De verdad, es que tal como van de rapido las cosas hoy en día, ya que a muchos les basta comunicarse con abreviaciones, no es de extrañar que nos pongan un espacio tan reducido para comunicarnos. Qué no falte el sentido del humor, tan importante para generar buen flujo.

    Había entendido bien tu exposición, pero me alegra que lo hayas ampliado, así se entenderá mejor.

    Con respecto al enlace, como soy nueva en estas cuestiones del mundo bloguero, creo que es suficiente pinchar en el nombre que me identifica que está en azul, pero aún así te pondré el enlace: http://pensamientoliberado.blogespot.com.

    La frase que me pides aclarar: Hay una tendencia a confundir, desde el ambito de lo transpersonal, la causa y el efecto. Confusión que viene dada, por lo que cerca de mi entorno he podido comprobar, al pensar en que cada uno paga su karma. Un concepto bastante confuso para la mayoría de las personas, que intentan enseñar y las que deciden supeditarse a los gurus. La compasión no es pasividad, es humildad y comprensión, pero no inactividad, no falta de responsabilidad, no miedo. Preguntas habituales son: si desde el budismo se habla de la no violencia y de no responder a las ofensas, buscando una mejor evolución como ser espiritual vivo, entonces tienes que aceptar que haya guerras, o que te peguen, o que te abasallen, ¿no es así?, porque sería el karma de cada uno o unos. Como el cristianimo, que ha fomentado siempre el poner la otra mejilla, ¡ay, las interpretaciones pueriles!. Entonces ocurre que por creerse estas seudoverdades, que poco me gusta usar lo de suedo…, acaban no haciendo nada, cuando se les ponen delante oportunidades para que el efecto sea la causa. La causa de que se haya entendido lo realmente importante, que es la comprensión de la liberación y no de los dogmas. Dogmatizar lleva al desconocimiento, liberar lleva al entendimiento, lugar donde elegir entre quedarse callado y actuar te lo dicta el instinto, no el de supervivencia, que lo habrá, sino el de compasión, compasión para entender que es lo que está primero. Y claramente están primero los demás en caso de valorar la vida…
    No se si logré explicarme, sin extenderme mucho…tú me lo dirás, ¿de acuerdo?
    Un cordial saludo.

  3. Hola, Haydeé, gracias por tu jugosa respuesta. Tratas muchos puntos de interés pero para no alargar mucho las cuestiones me centraré en algunos de ellos. Siempre se pueden retomar otros.

    En primer lugar, me gustaría que me aclararas este pasaje de tu texto porque no lo entiendo: «nos confundimos grandemente al pensar que haberse liberado de los trozos del puzzle equivocados, nos supedita a estar contemplando las injusticias sin hacer nada para evitarlo». En cuanto a la invitación la acepto amablemente. Dame el enlace.

    Sobre esto que dices más adelante, «Yo no usaria hedonismo para definir la paz y la felicidad que se llegan a alcanzar a través de la meditación, (la iluminación se puede alcanzar por muchas vias).», estoy completamente de acuerdo. Pero es que yo no uso el hedonismo para definir la paz y la felicidad a que se llega. Hablaba del proceso previo a esa llegada, que siendo básicamente el mismo en el caso instrumental y en el operativo –energización positiva, placentera o ‘alegría’ como suelo llamarlo-, se distinguen en sus modos de actuación, que luego veremos con más calma. Suelo dar bastante más importancia al trayecto que a las metas, aunque no desdeñe a estas últimas. Forman un todo, aunque para valorar las metas ya tenemos una sociedad y una educación al completo. Siempre es buen momento para salir de ese “cerco resultadista o finalista”.

    Aclarado el sentido en el que estoy usando hedonismo, creo que es importante distinguirlo de la felicidad. El placer no es la felicidad por mucho que uno lleve a la otra. Se pueden distinguir, aunque no tenga mucho sentido disociarlos –separarlos y dejarlos sin conexión-. Por eso cuando más adelante dices que «La felicidad operativa no es comparable al hedonismo instrumental» resulta bastante evidente que no lo es. Puedes comparar el hedonismo instrumental con el operativo, porque son modos diferentes de ver el mismo fenómeno: el placer. Y al placer se tiene acceso básicamente de dos formas: buscándolo o encontrándolo. Creo que no es necesario explicar la diferencia entre esos dos modos. El “hedonismo instrumental” consiste básicamente en BUSCAR placer (fuera). Ese movimiento conduce, si se convierte en la única vía por la que nos movemos, en una clarísima dependencia emocional de algún objeto (en sentido amplio, no hablo de los “objetos materiales” simplemente). Si logramos acercarnos a ese objeto, sentimos placer; si lo alcanzamos, llega el sentimiento de paz o felicidad como tú lo has llamado. Como es lógico inferir de este proceso, el desgaste energético puede llegar a ser enorme si consideramos que el objeto nos queda muy lejos de nuestro alcance y lo deseamos fervientemente, siendo un poco menor a medida que se reduce el deseo o la sensación de inalcanzabilidad. En todo caso, en este proceso emocional se ponen en juego diversas fases que, en secuencia de surgimiento, podría verse así: carencia (constatación de) -> necesidad (de cubrirla) -> deseo (proyección en un objeto) -> motivación (preparación para la acción) -> pasión (padecimiento hasta alcanzarlo) -> sosiego (paz o felicidad cuando se logra). Como podrás comprobar fácilmente, la ‘maquinaria’ que hay que poner en marcha produce un desgaste energético importante que no siempre garantiza el éxito de la acción, ya que depende de un ‘objeto’ que tiene su propia vida. En ese sentido, podemos perseguir un sueño, un ideal, un trabajo, una persona, una posición social, etc. Muchos son los ‘objetos’ que podemos perseguir para lograr ese estado de paz, y esos objetos son “instrumentos” para generarnos placer, por eso lo denomino “hedonismo instrumental”. Es un movimiento de BUSQUEDA del placer. Y el placer no es ni bueno ni malo en sí, como ya le dije a César. El placer derivará bueno o malo dependiendo del ‘uso’ que se le dé. Si pretendemos excedernos, el cuerpo lo rechaza, tarde más o tarde menos. También es adictivo, y pierde eficacia a cada nuevo intento de consecución (casi como una droga). En fin, que esto es largo y no vamos a perdernos más en el bosque. Regreso a donde estábamos.

    En resumidas cuentas, el ‘hedonismo instrumental’ es el movimiento que BUSCA, a través del placer, la felicidad o paz (paliación de alguna carencia). Y es un movimiento en el que el ‘objeto’ que se persigue para que nos proporcione esos estados placenteros y de felicidad final es CAUSA de esos estados. Por lo tanto, el placer o la felicidad que se logre DEPENDERÁ en última instancia de esos objetos. No son sensaciones ‘libres’ o ‘espontáneas’. Y desgastan una barbaridad si nos metemos de lleno en el vórtice de esa búsqueda.

    Antes de finalizar con el “hedonismo operativo” tengo que decirte que entiendo tus reticencias a la hora de trabajar con ese término. Su acepción actual tiene bastante que ver con esto que comentas: «para mi es el puro reflejo de lo externo», el placer por el placer. A este “placer por el placer” se le suele denominar, para distinguirlo del “hedonismo” en sentido amplio, “hedonismo vacuo”. Supongo que por ese motivo no te gusta el término. Espero que tras lo que te estoy contando lo veas con otros ojos. Que actualmente el término esté ‘yermo’ o desgastado no quiere decir que siempre lo estuviera así. Es posible rescatar del olvido su sentido amplio originario y dotarle de nueva vida.

    Como creo haber adelantado antes (ahora no miro el texto que puse), el “hedonismo operativo” se desarrolla o se pone de manifiesto a través de la transformación personal. En este punto cabe distinguir entre la transformación de las estructuras profundas y la traslación de las estructuras superficiales. Un ejemplo clásico de esto es el de una casa. Si cambias de lugar los muebles –traslación de las estructuras superficiales- la casa seguirá igual que está, aunque parezca que ha cambiado sustancialmente algo (este es el efecto de ‘aparente cambio’ que producen ciertos movimientos del hedonismo instrumental; p.e. uno cree que cambia de ‘vida’ cuando cambia de trabajo). En cambio, si tiramos la casa y cambiamos los cimientos –transformación de las estructuras profundas- el cambio es sustancial en sí mismo, no es un cambio aparente. Como creo recordar que Sócrates decía en modo metafórico: no es lo mismo la cosmética –cambios superficiales- que la gimnasia –cambios profundos-.

    La transformación ‘opera’ en nosotros un cambio que al principio puede resultar hasta doloroso (las crisis son así), pero que una vez se integra (se reconstruyen las estructuras profundas) en el sistema comienza poco a poco a ENCONTRARSE placer, un placer inherente a ese movimiento de integración. Esos movimientos de integración son ‘libres’ (no dependen de ‘objeto’ alguno), y ese placer opera (hedonismo operativo) de tal modo que accedemos a un estado muy parecido al de felicidad pero espontáneo: la alegría. Un eminente psicólogo norteamericano de origen checo, Csikszentmihalyi, denominó a esas experiencias positivas “experiencias de flujo” (flow). Uno puede estar planchando y sentir placer porque no hay objetos que perturben esa acción; no se está a otra cosa que a lo que se está: planchando. Por ese motivo es posible plantear la “toma de las propias riendas de nuestra vida”. Si no dependemos (en exceso) de ‘objetos’ podemos gestionar nuestra emocionalidad responsablemente (mejorando nuestra capacidad de respuesta). Es… Otro café, como decía un anuncio hace mucho.

    En definitiva, el “hedonismo operativo” es el movimiento que ENCUENTRA placer en las propias acciones (mentales o físicas) y que, a través del mismo, se siente una gran alegría (independiente de ‘objetos’, espontánea y libre). Y es un movimiento en el que el placer y la alegría son CONSECUENCIA de la transformación, no causa de ella. Por lo tanto, el placer o la alegria que alcance NO DEPENDERÁ en última instancia de ‘objeto’ alguno. Son sensaciones ‘libres’ o ‘espontáneas’. Y como tales no tienen desgaste alguno. Surgen y se renuevan constantemente, fluyendo, como en un ciclo.

    La única energía que se puede oponer a ese flujo, interrumpirlo y deteriorarlo, es la energía que conocemos como “miedo”, tanto en su aspecto burdo, las distintas fobias o pánicos, como en su aspecto sutil: las identificaciones. Toda identificación retiene el flujo porque ‘desea’ que se quede más tiempo del que le es natural y adecuado. Impide el acceso de esa energía libre, impide su mantenimiento sano e impide su natural salida par que regrese fresca y nueva otra vez. El ‘miedo’ a perder algo interrumpe con suma facilidad este flujo, y eso se nota en nuestra emocionalidad, que pasa de ser ACTIVA a ser REACTIVA. El sentimiento se convierte en resentimiento. La pulsión en repulsión. Imagina ponerle a un flujo una pared. Este choca contra ella y regresa (re-), por lo que se impide la renovación, estancándose y, llegados al extremo, pudriéndose por dentro.

    Esto puede parecer poético, pero cualquiera que preste atención a sus emociones podrá comprobarlo por sí mismo. Bueno, ahí lo dejo para que se masque con tranquilidad. Es de difícil digestión, y lo entiendo.

    Un saludo con sonrisa para ti también. Y para todos los demás, ahora que andarán de vacaciones.

  4. ¡Hola!gregoriosampsa, gracias por la bienvenida y tambien a Cesar. He leido el articulo, ya sabia de él.
    ¿Sabes con lo que me he quedado? Con la respuesta del Dalai Lama: «dispararia a las piernas primero y si no… a la cabeza». nos confundimos grandemente al pensar que haberse liberado de los trozos del puzzle equivocados, nos supedita a estar contemplando las injusticias sin hacer nada para evitarlo. A riesgo de parecer narcisista ante los demás, será verdad, te invito al espacio donde me expreso.
    Yo no usaria hedonismo para definir la paz y la felicidad que se llegan a alcanzar a través de la meditación, (la iluminación se puede alcanzar por muchas vias). No tiene nombre, porque aquello que se define ya no es. Pero estamos aquí y ahora, y hay que hacerse entender. La felicidad operativa no es comparable al hedonismo instrumental. ¿Por qué lo digo? Como tú mismo dices, el querer encontrar afuera lo que está dentro es lo que lleva a la confusión. Para encontrar esa felicidad se parte desde adentro, con lo cual la palabra hedonismo, que para mi es el puro reflejo de lo externo, no es equiparable a la paz. Porque es paz la palabra que mejor describe ese estado, al menos así lo siento yo. Y la paz se consigue tras darse cuenta, «tomar conciencia», de que tienes en tus manos la posibilidad de sentirte bien, sin hedonismos (por el placer). Sólo es paz. Hasta cuando haces en el mundo estás en paz. Si, hasta en una relación de matrimonio. Comprendes, y al comprender haces, haciendo o dejando de hacer.
    Y bastantes más cosas que ocurren…
    «Tomar las propias riendas de la vida», así es…dificil de entender para una cultura hedonista :),en la que se te enseña precisamente a tomar las riendas de tu vida a través del poder, paradoja. A más desequilibrio más paradojas…
    Por aquí andaré, saludos con sonrisa 🙂

  5. Hola, Haydeé (bello nombre), bienvenida a la estancia.

    Sí, la asociación del nombre de ‘guerra’ que utilizo en la red es sugerente porque habla de «la transformación», y es justamente eso lo que se necesita para hacer inteligibles al lenguaje de la ‘razón’ las señales provenientes de nuestro ámbito emocional.

    Si uno está enredado por mor de la memoria emocional («recuerdo y me siento igual de mal que en aquella cita con Laura») la única vía de escape reside en la transformación personal que te permita trascender ese nivel y ver aquel recuerdo sin el tinte emocional («recuerdo perfectamente aquella cita con Laura»). No se pierden los recuerdos, simplemente se diluye la influencia emcional subyacente que nos ‘obliga’ a gastar energías innecesarias tratando de resolver una situación que ya pasó.

    Hace un tiempo le comenté a una amiga filósofa que podía distinguir -no disociar- claramente un «hedonismo instrumental» de un «hedonismo operativo». Y la imagen más absurda y extrema que se me ocurre para saber qué es el «hedonismo instrumental» es el típico maromo echado en un sofá delante de la tele esperando que el aparato satisfaga sus necesidades lúdicas: que le entretenga. La pregunta: ¿Qué puede hacer el mundo por mí? está encuadrada en la vía instrumental. Es una posición pasiva ante la vida, esperando a que las cosas le lleguen. Todo desde afuera para adentro

    Por el contrario, la imagen del «hedonismo operativo», en su versión extrema (en esto, como en casi todo, hay grados), podemos encontrarla en la historia de este hombre:

    http://www.nodo50.org/tortuga/article.php3?id_article=5813

    La pregunta: ¿Qué puedo hacer por el mundo? se entronca en esta vía. Es un movimiento activo, de dentro hacia afuera, de transformación, en el que a cada paso se va notando cómo se toman realmente las riendas de la propia vida.

  6. Haideé: Gracias por tu granito de arena: de hecho muchos comentarios en el Blog son granitos de oro… y el tuyo es uno de ellos; estoy contigo en que quizás lo que nos falta es tiempo para poder asimilar las emociones que vivimos; si te das cuenta es muy difícil sorprender a las personas jóvenes o incluso a los niños pues parecen que ya lo han vivido todo: yo creo que lo que les ha faltado es tiempo para apreciar la cara y cruz de los acontecimientos, de los encuentros con las personas, de las emociones personales poco o mal asimiladas.
    Pásate cuando quieras por el Blog y deja tus granitos de oro o arena, son bien recibidos.

  7. La paciencia siempre da frutos. Descubrir las emociones está sujeta a poder traducirlas por los pensamientos. Unas preguntas que he adquirido como costumbre realizarme son: por qué me siento así, por qué pienso esto,y por qué me comporto así. No considero que haya compartimentos estancos, por ello la dificultad de poder bregar con las sensaciones que nos pueden atorar, que al no poder ser traducidas al lenguaje inteligible de la razón, algo que nos han acostumbrado ha hacer desde bien pequeños, provocan el desequilibrio funcional de todo el organismo. De ahi las enfermedades… pero esto ya es muy viejo, aunque es una corriente que se va imponiendo poco a poco.

    Es interesante haber escogido el nombre de gregoriosamsa, «la metamorfosis».

    Cesar, bueno ya dejé mi granito de arena, hasta otro momento. A mi también me gusta filosofar y muchas más cosas…

  8. claro: está en los blogs amigos: te sorprenderá la riqueza de esta bloguera.
    si tu tienes tu propio Blog y quieres aparecer en Blogs amigos, entra a Creatividad Nula y él te lo incluirá con gusto.

  9. Bienvenidos Jesús y Encarna:
    sin duda hay una sana filosofía del egoísmo, no sólo expuesta por Jacinto Benavente: ya en el siglo III dC una filósofo cristiano decía la famosa frase de que «la caridad comienza por la propia casa»… más aún: creo que una persona que no se quiere adecuadamente, es imposible que quiera a las demás… Un saludo a Mimundo por quien sentimos cariño y respeto en este Blog

  10. Buenas tardes Cesar.
    Vengo del blog de Mimundo…Caray con Mimundo hablando de la «madera».
    Bueno… Yo estoy despues, de algunas experiencias mundanas, anclado en lo que J. Benavente expuso con lo que pienso es, la «filosofia del egoismo».
    Quizas no tenga que ver con lo que expones de aprender de tus emociones.
    Aunque si creo que con la experiencia y el respeto, se puede cultivar un egoismo aceptable.
    Disculpa, es que a la impronta me ha venido este sentimiento leyendo tu Post.
    Saludos cordiales.
    Jesus

  11. …he de ponerme al día con todo esto…lo haré…pero hoy solo vengo a decir a Cesar que tiene un recadito en mi blog y que espero que lo recoja y le guste… te eximo de entrar en su dinámica si no te apetece, pero sería bonito que lo lucieras en tu blog…un abrazo…

  12. A ver si es verdad y esos lectores anónimos se animan a ser escritores públicos.

    Sonia, al escribir un comentario tienes que asegurarte de que se ha insertado. Cuando le des a PUBLICAR COMENTARIO fíjate en la parte superior de la pantalla. Verás en verde «Comentario publicado con éxito» o algo similar. Si no lo ves, es que la verificación de la palabra no se ha cogido correctamente. Tienes que realizar otra vez el mismo proceso. Por fortuna, lo que hayas escrito no se pierde.

    Un saludo y ánimo. A participar.

  13. Sonia: ¡gracias! ya somos 5lectores… es broma pues por el número de visitas sé que muchas gente nos lee pero es bonito que te animes tú y otros a participar pues eso es lo que anima al Blog. Un saludo a ti y a los 4 lectores de siempre…

  14. Hola a tod@s, escribí ayer pero no debí hacerlo bien…
    Solo quería decir que sois más de 4, por lo menos lectores. Me incluyo entre los que os visitamos casi diariamente pero aún no nos animamos a participar.
    Me he enganchado a tu blog César… gracias por hacerlo…
    Seguiré visitándoos.
    Besos
    Sonia

  15. Cuando quieras, César.

    De todos modos, no me gusta acaparar espacio, por lo que invito a todos a que se expresen. Sólo así ganaremos todos.

    Cuando trates otros temas más abstractos verás que apenas intervendré, pero es que con éstos no puedo parar. Han sido cuatro años intensísimos y es lógico que ‘salte’ a la menor ocasión.

  16. Buenas reflexiones experienciales y ayudadas por la filología que te agradecemos.

    Personalmente te he entendido los tres pasos de proceso: ingerir, digerir y sugerir…
    y también la distinción entre memoria e inteligencia emocional que escribes.

    Ojalá otro día también puedas hablar del diálogo interno, pues es algo que hablamos mucho en el Asesoramiento Filosófico y me gustaría tratar otro día.

  17. Hola, César y a todos.

    Esta mañana recordé -emocionalmente- que tenía un apunte pendiente sobre la distinción entre «memoria emocional» e «inteligencia emocional».

    La «memoria emocional», como su propio nombre indica, viene a ser más o menos un compendio de recuerdos tintados de emoción. Tiene una importancia capital en todo este entramado porque cuando adquiere cierta relevancia es como si llenara al completo la pantalla de nuestra atención, impidiendo la visión clara de las cosas.

    La «inteligencia emocional», en cambio, podría verse como la capacidad para ‘leer por dentro’ las emociones. Entre sus habilidades estaría, cómo no, la de ‘leer por dentro’ la «memoria emocional» de modo que se pueda gestionar.

    Ese ‘leer por dentro’ es una metáfora de lo que significa originariamente el término «comprender». Si desgajamos la palabra (com-prender) y trasponemos sus términos (prender con) nos proporcionará la primera pista que nos llevará a atrapar el concepto a vuela pluma.

    Como todos sabemos, «comprender» para el DRAE es sinónimo de «entender». De hecho, son palabras que en el lenguaje común se intercambian con alegría. Pero fijémonos con atención en el término y hagamos el mismo ejercicio de desgajar (en-tender) y trasponer (tender en).

    Así, en origen tenemos dos términos que evocan procesos distintos.

    Imaginémonos en medio del campo un día de picnic. «Entender» (tender en) sería desplegar en el mantel las viandas de modo que podamos observarlas todas y analizarlas. «Comprender» (prender con), en cambio, sería agarrarlas para llevárselas a la boca. En este sentido originario, «entender» se quedaría en el ámbito intelectual -superficial- mientras que «comprender» se adentraría en el ámbito experiencial -profundo-.

    Una distinción similar puede llevarse a cabo entre «intelecto emocional» e «inteligencia emocional». La mejor forma de ‘leer por dentro’ es mediante la vía experiencial. Podemos entender perfectamente toda la información que los libros nos proporcionen acerca de las emociones, de cómo se clasifican, de cómo nos afectan, de cómo hay que evitar sus excesos, etcétera, pero ese proceso intelectual de entendimiento no servirá absolutamente para nada si no ‘pillamos’ las emociones y nos las metemos en la ‘boca’. En definitiva, si no las «ingerimos». E ingerir, originariamente, no es otra cosa que «gestión interna» (in-gestión).

    Y ya que estamos ahí, no dejaremos el proceso a medias sino que lo completaremos con el proceso de «digestión» (gestión fluyente). Esto se concreta en el diálogo interno, sin reproches ni censuras, en ‘carne viva’.

    Una vez has ‘ingerido’ y ‘digerido’ algo, es posible y nutre ‘sugerir’. Por eso, desde este punto, sugiero experimentar este proceso al completo, sin interferencias, sin miedos, dejándose llevar por esta espectacular experiencia que todos tenemos a nuestra disposición. Sobre todo porque es factible, mucho más sencillo de lo que parece aunque requiere de algo más que la mera exposición de términos.

    Quedan en el tintero los asuntos de cómo lograr que la «memoria emocional» abandone el primer plano de nuestra pantalla y se quede en un cómodo segundo plano, como un rescoldo semiapagado que sólo aparece cuando es estrictamente necesario. Y todo esto tiene muchísimo que ver con los procesos de identificación en el sentido de ‘identificarse con’, no en el necesario de distinguir algo: ‘identificar a».

    Bueno, ya me enrollé largamente.

    Un saludo.

  18. Tienes muchas razones gregoriosamsa; de hecho podemos estar de acuerdo que hay ciertas emociones que son incontrolables aunque quieras lo contrario.

  19. Hola a todos.

    César, has tocado una tecla de sumo interés.

    A día de hoy, porque en estos asuntos se evoluciona constantemente, pienso que no hay emociones «buenas/malas» o «positivas/negativas» per se. Es decir, una emoción no es ni buena ni mala, ni todo lo contrario. Una emoción simplemente ES.

    Pero claro, eso no nos proporciona ninguna información valiosa, así que avanzaré cómo las considero. Por lo general, hablo de emociones «necesarias» (y de todo su espectro desde «muy necesarias» hasta «poco o nada necesarias») o de emociones «adecuadas». ¿Y por qué lo hago así? Pues porque una misma emoción puede cumplir esos requisitos o sus opuestos. Y me explico con ejemplos relativos a las emociones básicas -innatas y universales como descubrió Edelman hace unas décadas-: alegría, miedo, ira, asco y sorpresa.

    El miedo no es ni bueno ni malo per se, pero sí podemos saber fácilmente si es necesario y cuándo y cómo lo es. Si estamos ante un toro de lidia que nos mira con aviesas intenciones, parece lógico pensar que la emoción miedo es más que necesaria y muy adecuada a esa situación de peligro cierto. Hay que huir de ahí a toda velocidad sopena de perecer arrollados por el morlaco.

    Lo mismo pasa con el asco. Si no sintiéramos asco cuando tragamos algo venenoso, o cuando simplemente lo olemos, también podríamos desaparecer de la faz de la tierra. Seríamos presas fáciles.

    Bueno, estos son sólo un par de ejemplos para ilustrar la cuestión. Ya habrá tiempo de avanzar más.

    Así, «estancar» la emoción del miedo cuando estás en plena lucha puede ser muy adecuado par no dejarte llevar por ella. También puede serlo «estancar» la ira cuando luego podemos arrepentirnos de un acto irreflexivo producido por esa emoción desbocada. Pero claro, a veces ocurre lo que Goleman denominó «secuestro emocional», en la que de nada valen los diques de la razón. El agua emocional en esa situación lo desborda todo y no hay nada que la pueda detener. La naturaleza, en ese momento, opta por lo más directo y sólo a posteriori valoraremos si eso nos conviene o no.

    Pero bueno, esto es largo y complejo.

    Seguimos en la brecha.

    Un saludo

  20. Gregorio: creo que debería contestarme mimundo, pero yo entiendo que ella se refiere en su comentario respecto del «equilibrio» a algo muy similar a la metáfora del río fluyente que pones tú. Felicidades por tus ejemplos: nos clarifican mucho.

    Sí estoy contigo en la parte que defiendo en los artículos de «que no se le pueden poner puertas al campo»; el campo= a las emociones, la memoria, la imaginación, etc. Yo defiendo que se encaucen, pero me gustaría que te posicionaras si es posible tener «estancadas» esas malas emociones y lograr «que fluyan» las buenas emociones…

    Por cierto, y para abrir apetito: otro de los artículos preparados es de las pasiones… espero no empagalar.

  21. Hola a todos.

    Me gusta la tonalidad (emocional) que está tomando la entrada.

    Como quiero evitar formalizaciones sobre este tema, que posiblemente vengan bien más adelante, me gustaría pararme en esta reflexión de Mimundo: «Una buena gestión de las emociones, creo que garantiza el equilibrio…para mi es muy importante el equilibrio, tal vez por lo mucho que me cuesta encontrarlo y una vez encontrado, mantenerlo… «

    En primer lugar, creo que ni la mejor gestión posible «garantiza» el equilibrio, aunque sí tiene más posibilidades de éxito que la falta absoluta de gestión.

    En segundo lugar, y más importante, dices «para mí es muy importante el equilibrio». Esa relevancia personal que le das al equilibrio genera en ti una ‘dependencia emocional’. Le otorgas un valor tremendo a ese estado y tus movimientos emocionales pasan a depender de si lo alcanzas o no. Cuanto más cuesta alcanzarlo, más valor le das, y así sucesivamente. De alguna forma has de romper ese vínculo afectivo, entre otras razones porque, como bien dices al final, «cuesta mucho mantenerlo». Cuesta muchísimo esfuerzo, se gastan muchísimas energías psíquicas, mantener un estado de estabilidad, por eso suelo proponer que se reflexione sobre un estado que, siendo parecido, no es igual: el estado de equilibrio dinámico o, en términos biológicos, de Rheostasis.

    Cuesta muchísimo más, y perdonad por la burda metáfora, mantener el agua de un estanque en buen estado que la de un río fluyente. Y nuestras emociones son básicamente eso: un río fluyente. Ponerle diques, tratar de controlarlas en exceso, de impedir que se muevan libremente, en equilibrio dinámico, además de ser un sobreesfuerzo agotador, puede provocar que las ‘aguas emocionales’ se vicien. Es mucho más práctico liberarlas un poco, que se expresen, antes que tratar por todos los medios de alcanzar la meta del «equilibrio emocional». Para eso es muy recomendable lo del diálogo interno entre ‘razón’ y ‘emoción’, escucharlas activamente, sin reproches, sin pensar que es un suplicio tenerlas (¿Acaso no somos también emociones, por qué pensamos que las ‘padecemos’ -pasión-?), apreciendo su inestimable labor conformante.

    Más «madera»…

  22. mimundo: esta terminología de «la madera de la persona», me gusta y me parece acertada.

    Me gustaría que explicaras más lo de la `esencia´: me parece muy interesante; hace años un «formador» me dijo que dejara de sonreír, porque atraía la atención de los demás… yo le contesté algo parecido a lo que reflejas: le dije que era mi forma de ser y que no era mala y no hacía daño a nadie… (quizás a él).

    En resumen: me encanta tu idea de esencia, pero me gustaría entender que si mi esencia es «mala o daniña» por naturaleza, debo autogestionarla como dices tú. Saludos y a pasar calor.

    Después voy por la segunda parte de tu mensaje completísimo… y no estás desviando el tema,todo lo contrario.

  23. El refran al que hago alusión es justamente todo lo contrario: «Lo que natura non da Salamanca non presta»…os pido disculpas por el pequeño lapsus…

  24. …bonito tema…a ese conjunto de emociones, ideas, capacidades…las llamo yo la madera de la persona, esa sustancia con la que nace y que es la mayor riqueza del ser humano…creo que desde el principio de la vida, gestionamos nuestra madera, cada quién como sus luces le permiten… en esa gestión, se va configurando cada día más lo que yo llamo la esencia de la persona…algo que para mi, siempre debe respetarse aunque no compartamos la del otro…es algo «sagrado» que jamas debemos intentar cambiar en los demás, aunque en ocasiones si nos las piden y las vemos, podemos dar pistas para posibles modificaciones…la esencia, a mi parecer es algo que solo debe modificarse desde la autogestión…
    Cada uno nace con una madera y segun sus tendencias y capacidades las autogestiona de forma diferente, por ello somos distintos y dignos de ser respetados por los demás…
    Las emociones están en medio de toda esta marabunta y son, junto a la inteligencia, (y siempre hablo desde una forma particular mia de ver las cosas, que puede ser correcta o no…)grandes responsables de que toquemos en más o menos monentos a la felicidad y a la serenidad con nuestros dedos…
    Una buena gestión de las emociones, creo que garantiza el equilibrio…para mi es muy importante el equilibrio, tal vez por lo mucho que me cuesta encontrarlo y una vez encontrado, mantenerlo… pero vivir de manera adecuada la tristeza, la soledad, el miedo, el fracaso, y otras muchas sensaciones-emociones constituye una forma eficaz de crecimiento…de igual modo, vivir las emociones más positivas con cordura, hace que no vivamos de una manera desproporcionada, exagerando las cosas…
    Creo que una buena autogestión de las emociones es como un «seguro de buena vida»…
    Aunque también podríamos hablar de que cada madera es un mundo y hay parte de la madera que responderían al famoso refran que venia a decir que «Salamanca non da lo que natura non presta»…cuando alguien no es en su esencia sensible…que dificil es hacerse sensible…
    En cualquier caso y no quiero enrollarme más porque no se si estoy desviando el tema, me reafirmo en el gran valor de la madera con que uno nace y el grandísimo valor que tiene la autogestión personal en la formación de la esencia personal que para mi gusto es lo más sagrado que tiene cualquier ser humano…

  25. No sé vayeciyos… creo que he puesto un ejemplo paradójico al final del artículo para hacernos pensar que en ciertos temas y personalidades conviene también educarnos a la «insensibilidad» o dicho de otro modo a «educar nuestra sensibilidad negativa».

  26. Sobre lo que dices de la educación de las emociones en la infancia-adolescencia: una frase que escuchaba incesantemente en los sermones de mis profesores y educadores era: «lo peor que puedes hacer es insensibilizarte», utilizada para cualquier error. Supongo que entonces no lo entendía, pero si es verdad que uno con el paso de los años se insensibiliza ante muchas cosas que en ocasiones viene bien y otras veces te pierdes mucho.

  27. choco: yo te invitaría por ejemplo, primero a que caviles que cosas en común tienen muchas de estas pasiones y que otras son las diferencias. De todos modos, puedes también sugerirnos alguna pasión por desarrollar como ejemplo y para abrir los debates.

  28. Ufff! muy interesante, pero muy abierto quiz�s, al menos a mi me apabulla… las emociones son tantas y tan intensas (por suerte…) como dices C�sar, podiamos atacarle a la ‘entrada’ escudri�ando algunas de esas emociones.

  29. gregorio: perdona pero no estuve ayer en todo el día; ero creo Jesús ya te ha dicho dónde está el artículo que preguntas. Espero haber planteado bien el tema y espero tú también ayudes al debate.

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